Los seres humanos somos multidimensionales. La teoría se sustenta en que nuestras necesidades, las formas en que las satisfacemos, y las maneras cómo nos relacionamos con el entorno, son infinitas.
Poseemos varias facetas. A algunas les prestamos más atención que a otras, y son precisamente estas las que moldean nuestra personalidad. Aquellas que permanecen en el inconsciente delimitan nuestro alter ego, un concepto del que se comienza a hablar en el siglo XVlll y que aún no es de manejo masivo; según la Real Academia de la Lengua Española, se define como “persona real o ficticia en quien se reconoce, identidifica o ve un trasunto de otra”
En palabras llanas, se trata de dar rienda suelta a “otro yo”, capaz de sobreponerse a muchas de las limitaciones que caracterizan el ser que todos conocen en ti y, por ende, de abrirte un mundo de posibilidades.
La presencia del alter ego en la industria musical
Algunas de las principales figuras del espectáculo han encontrado en este recurso la fórmula perfecta para empoderarse de sus propuestas, hacerlas únicas y llevarlas al próximo nivel.
Desde sus primeros años en el ruedo y hasta 2010, Beyoncé se valió de “Sasha Fierce” para dejar de lado su timidez y “comerse” el escenario. En una entrevista, la mujer con más Grammys de la historia dijo: “Es como un personaje que creé a lo largo de los años. Sasha Fierce aparece en mi postura y en mi forma de hablar”. Beyoncé se deshizo de Sasha, porque ya no la necesitaba.
Shakira no ha revelado si su alter ego tiene nombre, sin embargo, la colombiana señaló a la agencia AP que para convertirse en la “loba” que aparece en el video de su canción de 2009, recurrió a él.
“Es como un lado más animal de ti, un lado más primitivo… Cuando entiendes estas cosas, te perdonas cada vez que te equivocas; dices, ‘no era yo, esa era la loba… Esa no era yo, no tengo nada que ver con eso”.
En 1998, y de la mano de su segundo álbum, Eminem se convirtió en sensación mundial del rap. The Slim Shady LP, título de la producción, hace referencia al alter ego del artista. Slim Shady es controversial, no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa, caiga quien caiga.
Él explicó que la idea le llegó mientras estaba en el baño de su casa; lo de Slim tiene que ver con la delgadez que exhibía y lo de Shady le pareció que rimaban bien. El resto es historia.
Si alguien podría dar cátedra de reinvención era David Bowie. Con su camaleónica imagen, rompió esquemas, desafió estereotipos y creó tendencias, en gran medida gracias a sus alter ego: Hunky Dory (predominaba su lado femenino). Ziggy Stardust (mostraba su fascinación por los viajes al espacio y la ciencia ficción), Aladdin Sane (muchos dicen que movido por su hermano ezquizofrénico) y The Thin White Duke (inspirado en el cabaret).
Robbie Williams sólo se identifica como tal cuando se encuentra bajo los reflectores. En una entrevista con la BBC, dijo: “Robbie Williams. Robbie Williams sube al escenario; Robert Williams cría a sus hijos.
En 2019, Madonna sorprendió presentando a “Madame X”, una agente secreta que recorre el mundo, cambia sus identidades, lucha por la libertad y lleva luz a los lugares oscuros. Ademas, la “reina del pop” comentó que ha sido profesora, estudiante, monitora de chachachá, prostituta, monja y hasta cantante de cabaret.
Brian Warner no se conformó con crear a Marilyn Manson, sino que también dio forma a Omega, un personaje que surge con su disco Mechanical Animals y que se basa en los rumores de que el artista se había sometido a un cambio de sexo.
La lista de divas del pop cuyos alter ego son masculinos es larga. Citemos dos. Una de ellas es Lady gaga. En 2010, presentó a Jo Calderone durante una sesión de fotos y tiempo después como uno de los conductores de los MTV Video Music Awards. Jo nació en Nueva Jersey, aunque su familia es de Italia. Aunque Gaga nunca ha confirmado o desmentido la especie, se dice que la intención es burlarse de los rumores de su hermafroditismo.
De su lado, Taylor Swift creó a Tyler Swift para el videoclip de su sencillo The Man, con el objetivo de mostrar el lado tóxico de los hombres.
Queda claro que, ya sea por puro entretenimiento o para fines terapéuticos, crear un “otro yo” siempre puede ser una buena alternativa para salir de la rutina… y hasta para alcanzar el éxito.
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