Por Miguel Cunillera
ROCK OF AGES
Los que crecimos en el siglo XX, lo hicimos rodeados de rock. La revolución del rey Elvis y los impulsores del género en su estado más puro en la década de los 50 (Chuck Berry, Little Richard, Buddy Holly…), implantaron la popular consigna “Rock ’n roll is here to stay”. Recientemente, muchos la han cuestionado.
Pero en los los años 60, así parecía. La década nos regaló el esplendor inigualable e inigualado de los Beatles, la rebeldía de los Rolling Stone, las bandas femeninas pioneras en el género, como Goldie & The Gingerbreads. Mientras que los 70 nos obsequiaron a Led Zeppelin, Queen, Eagles, Fleetwood Mac, el rock progresivo de Pink Floyd y la música de protesta del punk.
Los 80, además de hombreras, nos trajeron a The Go-Go’s y a Joan Jett, al rock de estadio de Bruce Springsteen, el pop rock con sintetizadores del new wave británico y las bandas pesadas como Journey, Def Leppard, Guns N’ Roses y Bon Jovi, contrastando con el rock melódico de R.E.M., The Smiths y el surgimiento de un fenómeno llamado U2.
En los 90 emergió el grunge, respuesta, quizás, al brillo un tanto superficial de la década de excesos previa; Alanis, The Cranberries y, por supuesto, el britpop, que con bandas como Oasis y Blur devolvió el protagonismo al rock del Reino Unido.
Todos estos artistas conquistaron las listas de álbumes y canciones, dominaron la radio y MTV y las noticias; es decir, fueron protagonistas de la cultura popular. Pero en 1995, Lenny Kravitz advertía: “Rock ’n roll is dead!” ¿Se equivocó?
THE TIMES THEY ARE A-CHANGIN
El nuevo milenio trajo cambios importantes en la música, en todos los sentidos. La llegada de Napster a finales de los 90 y el posterior auge de plataformas de streaming como Spotify y Apple Music, revolucionaron la industria, permitiendo un acceso más fácil y económico a una amplia variedad de géneros. Esto trajo como consecuencia una mayor fragmentación de la audiencia musical. El rock, que había dominado las ventas de discos físicos, tuvo que adaptarse a un nuevo entorno donde los sencillos y las listas de reproducción ganaron el protagonismo por encima de los álbumes.
Entramos entonces en un período de esplendor para la música electrónica y el pop, era dorada de los DJ como David Guetta, Calvin Harris y Avicii, y de bandas y artistas como Justin Bieber, Katy Perry, Justin Timberlake, Britney Spears, Ariana Grande, Taylor Swift, The Weeknd y Harry Styles, solo por mencionar algunos.
Por otra parte, podríamos también aludir a cambios en percepción social. Los últimos años han visto surgir una cultura de cancelación a raíz del movimiento “Me Too”; en sentido general, el rock se comportó como un género misógino, con sus videos protagonizados por chicas en trajes de baño y su cultura claramente machista. Es más que probable que ello haya ahuyentado a muchos dentro de las nuevas generaciones más sensibles a estos tópicos.
Esto no significa que el rock desapareció. Bandas de rock “puro” como Greenday y Foo Fighters se han mantenido vigentes en los últimos años, y muchos artistas de rock consiguieron aceptación al fusionar elementos de otros géneros en su música. Agrupaciones como Coldplay, The Killers, Imagine Dragons y Twenty One Pilots incorporaron elementos de pop y electrónica, creando un sonido más accesible para las nuevas generaciones. Sin embargo, esta fusión también diluyó algunas de las características distintivas del rock, haciendo que el género pareciera menos prominente. Como muestra de ello, podemos mencionar que la última canción del género rock en alcanzar el primer lugar en el Reino Unido antes de la presente década fue Sex on Fire, de Kings Of Leon, en 2008. En la década siguiente, NINGUNA canción del género logró escalar a la cima.
WHAT WAS SHE MADE FOR?: BILLIE EILISH
Afortunadamente, las cosas están cambiando. Desde hace unos años, algunos artistas están reposicionando el género y llevándolo a niveles no vistos en mucho tiempo. Tal y como comentamos, la música se ha ido fusionando cada vez más. Podríamos decir que el resurgimiento del rock se debe a una reintegración de elementos sonoros. Y todo inició a finales de la década pasada con la increíble aceptación de la música de la apenas adolescente Billie Eilish, quien no solo llevó su música a los topes de los listados, sino que también se alzó con los premios principales de la industria.
En los cinco años transcurridos desde entonces, Eilish, que incluye elementos de pop y electrónica en sus canciones, ha ganado dos óscares y el Grammy al Álbum del año. Se ha convertido en un ícono inesperado de la moda, y su actitud rebelde, siempre asociada al rock, hace la diferencia con respecto a las de sus congéneres de otros géneros musicales.
Otro nombre, de hecho, el de la persona que retornó al rock al primer lugar de los listados británicos luego de trece años de ausencia, es Olivia Rodrigo. Egresada de la escuela de Disney, Rodrigo irrumpió como un huracán en la industria musical en medio de la pandemia. Su álbum debut, SOUR (así, todo mayúscula), combina la efervescencia del pop con la energía del punk. Su segundo disco no decepcionó, encabezando las listas en todo el planeta, impulsado por el éxito Vampire.
DESDE ITALIA, VERMONT, IRLANDA…
Por otro lado, Italia no es un nombre que asociemos a bandas de rock, mucho menos a éxitos internacionales, pero Måneskin, que ganó el Festival de Eurovisión en 2021, obtuvo éxito global e incluso una nominación a Mejor artista nuevo en los premios Grammy. Evocando el glam rock de la década 70, su cover de Beggin se ha convertido en la versión definitiva de una canción trabajada por muchos a lo largo de las décadas.
La gran sorpresa de los últimos meses ha sido el nativo de Vermont Noah Kahan. Haciendo un folk-rock que evoca el espíritu del rock clásico, con letras introspectivas y melodías fuertes, ha creado una fusión moderna que ha resonado en alrededor del planeta. Tanto su álbum como su sencillo Stick Season han alcanzado el primer lugar durante varias semanas. Fue nominado a Mejor artista nuevo en los Grammys de este año y su popularidad ha ido solo aumentando desde entonces, con conciertos llenos a tope allí donde va.
Hace muchos años que una gran estrella no emergía de programas como American Idol, pero Benson Boone —casi— se convierte en esa figura. El artista participó en la temporada de 2021, pero pese a avanzar a la ronda siguiente, decidió abandonar el show para concentrarse en su carrera usando la plataforma de TikTok El cantante de Imagine Dragons, Dan Raynolds, decidió firmarlo para su sello, y su balada rock Beautiful Things, lanzada a principios de este año, le llevó a encabezar durante semanas la lista global de Spotify. Es un retorno al rock agresivo pero romántico de bandas como Whitesnake o Guns ’N Roses, en la voz de un artista que ha demostrado un enorme talento natural.
El cantautor irlandés Hozier es quizás un veterano ya comparado con Olivia Rodrigo y Benson Boone, pero el autor de Take Me To Church, éxito global de 2013, había estado muy callado en tiempos recientes. Sorpresivamente, Too Sweet, tema un tanto agresivo en el que plantea, entre otras cosas, sus gustos en torno al whisky, se colocó de inmediato como favorito en los listados internacionales, continuando una racha importante para el género.
MENCIONES DE HONOR
No podemos dejar de mencionar a los estadounidenses de boygenius (así, todo minúsculas), trío nominado a seis grammys, incluyendo Álbum del año por el excelente The Record. Ni a Michael Marcagi, también norteamericano, recientemente en el Top 10 británico con la fabulosa Scared to Start. Ni a Sam Fender, cuyo Seventeen Going Under (2021) es uno de los temas claves de la década y va camino a convertirse en el próximo Mr. Brightside: perennemente presente en las 100 favoritas del Reino Unido. Y —aunque nuestro editor se oponga con todo su corazón—, es importante mencionar a Teddy Swims, intérprete de Lose Control, uno de los hits más destacados de 2024, quien, como Janis Joplin, gran ícono del rock, se inclina más hacia el blues que al rock propiamente dicho.
El rock ’n roll ha sobrevivido, como los organismos vivos, ha evolucionado. Se encuentra vivo en muchos artistas y en muchos estilos diferentes. Una nueva generación de músicos preserva el legado de los grandes impulsores del género, Chuck Berry, Elvis, Little Richard…Y, sin dudas, otras en el futuro se aseguraran de que el rock nunca muera.