Sin lugar a dudas, la pintura es el medio más antiguo de expresión e incluso sirve como antesala de la fotografía, el cine y la tecnología digital. Todavía hoy sigue siendo un modo persistente y resistente de manifestación artística.
Que a través de los años se hayan dibujado tantas pinturas – durante docenas de milenios – implica que muchas más obras de las conocidas hayan quedado en el olvido o no consiguieran el reconocimiento que algunas tienen en la actualidad. Eso también significa que solo un porcentaje relativamente pequeño de ellas podría interpretarse como “clásicos atemporales”.
República Dominicana no es ajena ese nicho. Aunque es reconocida por playas idílicas, resorts todo incluido y el sol abrasador, el país carga no solo con una rica historia, sino una muy variada en la que incidió la cultura española, francesa y haitiana. Esa diversidad de tradiciones se refleja creativamente en las obras de arte que se ofrecen en la media isla.
Las obras de artes locales viven el mismo panorama internacional. Muy pocos alcanzan la fama requerida para ser verdaderamente considerados nombres familiares. Pero como “famoso” es un término subjetivo, destacamos obras que forman parte de la cultura artística del país.
Mujer en Primer Plano (1976), Cándido Bidó
Existen cientos de versiones de este cuadro, lo que, sin temor a equivocarnos, lo hace uno de los más destacados. Su obra es fácilmente reconocible por su paleta de colores, en la que reinan los colores primarios en tonalidades intensas. Además, se encuentran en manos de coleccionistas diseminados en los cinco continentes.
L’hermaphrodite double, Ivan Tovar
Si se toma como referencia el costo de una obra para darle un valor en mercado, ya sea monetario, o cultura, L’hermaphrodite double, de Ivan Tovar entra en esta lista. Fue subastado en París por una cantidad total de €546,000, lo que equivale a más de RD$32 millones. El comprador es Laurent Pestiau, un empresario belga de 52 años.
En 2020, otra pieza se subastó por 250 mil dólares en la Casa de Arte Sotheby’s. Esta pieza fue “La menace/La amenaza”.
Merengue, Jaime Colson
Merengue es una obra de Jaime Colson terminada en 1938 en París, Francia. La pintura de arte se realizó con pinturas al óleo sobre un lienzo de 52 por 68 cm, y forma parte de la colección del Museo Bellapart, en Santo Domingo, República Dominicana. Es una de las obras más icónicas del país.
En el año 2000, Merengue y otras cuatro obras maestras de Colson se pusieron en circulación como sello postal conmemorativo en República Dominicana. Incluso, alcanzó esferas tan altas que llegó a codearse con grandes pintores de la historia como: Pablo Picasso, Juan Gris, Braque, entre otros.
Ozama, Clara Ledesma
Hay quienes juzgan la importancia de una obra por su fama, otros por su valor monetarios y hay quienes lo hacen por el reconocimiento recibido en el momento de concepción. Esta obra data de 1956. Ese año fue la ganadora del Primer Premio Pintura en la VIII Bienal.
Retrato de la Abuela, Celeste Woss y Gil
Celeste Woss y Gil es reconocida por más que sus obras. Fue la primera mujer artista dominicana que se destacó como decisiva orientadora del arte nacional, al mismo tiempo que se vincula al impulso moderno del mismo.
Por parte de sus obras (cuadros), el más destacado es el Retrato de la Abuela que data de 1940. Otro del cual hemos hablado, es Mujer en Reposo o su colección de desnudos. Algunas de sus pinturas pueden ser apreciadas en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo, República Dominicana.
La Toilette d’Esther, Theodore Chasseriau
El baño de Esther o Esther preparándose para ser entregado al rey Asuero, es una pintura al óleo sobre lienzo de 1841 de Théodore Chassériau. Si bien las obras del pintor no figuran como dominicanas, el artista en cuestión nació en la isla, específicamente en El Limón, Santa Bárbara de Samaná.
La pintura representa un momento del Libro bíblico de Ester cuando esta se preparó para encontrarse con el rey Asuero, gobernante de Persia, quien posteriormente la tomó como esposa. La pintura se encuentra en el Musée du Louvre. El conservador de patrimonio Vincent Pomarède del Museo de Bellas Artes de Lyon lo ha descrito como “una de las (pinturas) más famosas del Louvre“.
Te podría interesar: