La temporada 2 de Bridgerton, que actualmente se proyecta en los televisores de cientos de personas se convirtió en el título en inglés más visto de la plataforma durante su fin de semana de estreno. Ha alcanzado aproximadamente 193 millones de horas de visualización posicionándose en el top 10 de Netflix en 92 países.
Su popularidad no se trata solo de las historias de amor que envuelven a los expectadores, sino también de la atención al detalle en cada personaje. Los productores y vestuaristas nos llevan al siglo XlX, con un twist en cuanto a la paleta de colores, textiles y la integración de un elenco diverso. Una iniciativa atrevida, pero acertada.
Mismo elenco con un enfoque distinto
A pesar de la ausencia del esperado duque de Hastings, el elenco se mantuvo prácticamente intacto, con la adición de un personaje que se encuentra en boca de todos: Simone Ashley (Kate Sharma). No es nueva para la plataforma de Netflix, pues forma parte de la serie “Sex Education” sin embargo, su nuevo papel protagónico la ha posicionado bajo la lupa.


La historia de esta nueva entrega se centra en el personaje del Lord Anthony, hermano de Daphne Bridgerton, quien en búsqueda de su esposa se encuentra con el inimaginable amor de su vida. Por muy bonito que suene, no todo es así desde el principio y como este es un espacio de no spoilers, te tocará ver la serie para comprender este confuso triángulo amoroso.

La época de Regencia inglesa en una propuesta fresca
Ellen Mirojnick, es la extravagante diseñadora de vestuarios que le dio color a esta historia desde el día 1 (literalmente). Cuenta con un portafolio de películas como Atracción fatal (1987), Wall Street (1987), Instinto básico (1992), El gran showman (2017) y Maléfica (2019). A la hora de asumir este rol en la serie Bridgerton la interrogante fue la siguiente:
¿Cómo cambiar la estética de un drama de época para hacerlo escandaloso y moderno?
Cinco meses de preparación, más un equipo de 238 personas más tarde, el reto se convirtió en meta superada. Desde patronistas, bordadores y estilistas lograron ofrecer una propuesta distinta a lo usualmente proyectado con respecto a este contexto histórico. A través de dibujos y pinturas Mirojnick pudo estudiar y tomar como inspiración la escencia de la época adaptándola a una paleta de colores y textiles más acorde a los años 50 y 60. Los vestidos de Christian Dior desde el New look en 1947 hasta la actualidad fueron una gran referencia, según comenta la vestuarista.

Experimentamos con la clásica silueta imperio a base de superponer capas de otros tejidos y adornos. Trabajamos con organza, organdí o tul para añadir capas extra sobre los vestidos y darles una nueva sensación de movimiento y fluidez. Es casi como un juego óptico que te hace verlo de otra manera.
Los escotes redondos tuvieron gran protagonismo dandole un toque más sensual y atrevido a los atuendos femeninos y por supuesto, la paleta de colores tuvo su significado para cada familia. Por un lado, tenemos a la familia Bridgerton, protagonista de esta historia con azules pálidos, plateados y verdes. Mientras Daphne Bridgerton crece, los colores se tornan más oscuros reflejando su camino hacia la madurez.

Por otro lado, encontramos a la familia Featherington, una clara representación del concepto “nuevo rico” con estampados despampanantes, brillos y adornos llamativos con el propósito de llamar la atención y por supuesto, casar a sus hijas.

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