Cuando hablamos de producciones cinematográficas, lo hacemos antes que nada de imagen, pese a que la mayoría de estudios de cine contemporáneo se centran en investigar los aspectos narrativos, o la trama, en un intento de descubrir cómo se articula el relato fílmico, algo que deja de lado, en muchos casos el carácter visual del filme.
Sí. Más allá de la narración de la historia, el cine es imagen. Por eso, en ocasiones mientras ves alguna cinta, sientes que has visto reflejos de alguna obra de arte o pintura, y a eso debemos agregarle que el hombre lleva más de dos mil años generando imágenes. Si analizamos la obra de realizadores consagrados, observaremos que toman elementos para la composición de determinados cuadros.
Desde sus orígenes, el cine se ha visto influenciado por diversos medios: teatro, fotografía, literatura y la pintura, que como medio iconográfico, ha ocupado un lugar privilegiado en el séptimo arte. Aquí hacemos un recorrido por esas obras que inspiraron, o se han visto reflejadas en grandes producciones de la gran pantalla.
La pintura en el cine
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En conclusión, el cine deriva de la pintura y de la fotografía, añadiéndole aquello que jamás pudieron conseguir: representar el tiempo. El cine reproduce la realidad en toda su dimensión espacio-temporal.
Hay un alto grado de realidad entre el cine y su vinculación con la pintura gracias a que se podría considerar una máquina ilusionista que se relaciona con la pintura a través de crear esta ilusión de realidad.