La pandemia no da tregua a una golpeada industria cinematográfica mundial. Con los cines cerrados desde marzo pasado en gran parte del planeta, y tímidas reaperturas en algunos países (principalmente asiáticos) los estudios de Hollywood aplazaron nuevamente algunas de sus superproducciones más esperadas.
La noticia, evidentemente, sacudió una vez más a los exhibidores y las multisalas, quienes necesitan grandes títulos que congreguen mucho público y les permitan recuperarse financieramente apenas puedan reabrir.
No Time to Die, episodio 25 de la saga 007 y la última de cinco protagonizadas por Daniel Craig, fue una de las primeras en mover su estreno, originalmente programado para abril del año pasado y luego reagendado para el próximo 2 de abril. Sin embargo, esta semana MGM hizo un nuevo cambio: 8 de octubre en Estados Unidos y, por tanto, alrededor de la misma fecha en el resto del mundo. Las actuales condiciones no permiten el estreno de una cinta que costó $250 millones y que, ha trascendido, ya tiene pérdidas de más de $60 millones por concepto de márketing ya realizado. La cinta narra el regreso de James Bond luego que un viejo amigo le pide salir del retiro y volver a una nueva misión.
La masificación progresiva de diferentes vacunas es uno de los factores que dan esperanzas a la industria de que el segundo semestre podría ver un regreso a cierta normalidad. La película, además, habría sido objeto de una millonaria negociación con plataformas de “streaming” que querían quedarse con ella, pero los productores prefirieron mantenerse en la gran pantalla.
El tema de “streaming” también ha sido importante. Warner causó controversia con un enorme acuerdo con la plataforma HBO Max (propiedad de la misma compañía que el estudio) para estrenar por esa vía toda su parrilla de filmes 2021 en simultáneo con salas de cine, pero solo en Estados Unidos.
Una prueba de ello ya se hizo en diciembre con Wonder Woman 1984, con resultados calificados de mixtos, y le seguirían otros grandes títulos como la cuarta parte de Matrix y el musical In The Heights.
El acuerdo ha sido criticado, entre otros, por los mandamases de la productora Legendary, responsable de las esperadas Godzilla vs. Kong y Dune. Y aunque no se sabe si esta última llegará finalmente al “streaming” el mismo día de su estreno en salas, al menos Legendary habría llegado a un trato respecto del otro título, que estaba programado para mayo próximo y de hecho fue adelantado para este 26 de marzo. La idea sería volver a testear la fórmula.
A Quiet Place: Part 2, secuela de la taquillera cinta de terror de 2018 dirigida por John Krasinski y protagonizada por su esposa, Emily Blunt, alcanzó a tener su “avant première” en Nueva York el 8 de marzo de 2020. Su estreno estadounidense sería el 20 del mismo mes, pero el coronavirus echó por tierra los planes. Paramount entonces la reprogramó para septiembre del año pasado, luego para abril de 2021. Y esta semana, le dio una nueva fecha: 17 de septiembre.
Marvel también anunció cambios, pero hasta ahora no en su Universo Cinemático realizado bajo el alero de Disney, sino en su sociedad con los estudios Sony. La adaptación del cómic Morbius, protagonizada por Jared Leto, debutará el próximo año, el 21 de enero de 2022, tras la fecha original de julio del año pasado y un posterior movimiento a marzo próximo. La cinta la dirige el sueco hijo de chilenos Daniel Espinosa (Life).
El estudio del ratón Mickey, en todo caso, ya anunció el aplazamiento de The King’s Man, cinta de aventuras protagonizada por Ralph Fiennes (y que era propiedad de la Fox antes de la adquisición del estudio): debutará el 20 de agosto luego de varios movimientos.
Otro estreno de alto perfil es Ghostbusters: Afterlife, relanzamiento de la popular saga Ghostbusters, que dirige Jason Reitman, hijo de Ivan, director de las dos emblemáticas primeras cintas. Con Paul Rudd y Finn Wolfhard, el filme pasó del 10 de julio de 2020 al 5 de marzo próximo. Ahora, llegaría a cines el 11 de noviembre.
Fuente: El Nuevo Día / El Mercurio / GDA